Todos los días estamos recibiendo miles de mensajes que nos motivan al consumismo desmedido. Pareciera que lo que más importa en la actualidad es gastar el dinero, adquirir bienes y servicios y dejar a un lado el ahorro. Por lo que ante esta cruda realidad, como padres de familia, debemos educar a nuestros hijos sobre el uso del dinero, la austeridad y lo importante que resulta el ahorro en nuestras vidas. Ellos deben aprender que no se puede obtener todo lo que se quiere y que conseguir lo que deseamos conlleva un esfuerzo extra. De esta manera conseguiremos que el día de mañana sean personas responsables y realistas.
Debemos entender como padres que los niños son consumistas por naturaleza. Fácilmente se ilusionan con cualquier cosa y lo quieren adquirir inmediatamente. Tanta publicidad hace que aumente aún más esa tendencia por lo que en principio resulta muy difícil conseguir que nuestros hijos adquieran la costumbre de ahorrar. Por lo que desde que son pequeños debemos hacer que el ahorro se convierta en algo atractivo para ellos y que vean claro que van a obtener una recompensa por su esfuerzo. Lo primero que hay que hacer es enseñarles que el dinero no tiene moral. No es ni bueno ni malo sino que es una simple herramienta de intercambio. Después, empezar a motivarles. He aquí unos sencillos consejos para lograrlo:
Cadena de favores.
La retribución es el hábito financiero más importante de todos. Empecemos a hablarles a nuestros hijos de que todos necesitamos de todos y que es bien importante ayudar a quienes se encuentran en estado de necesidad. Luego, seria conveniente hacerles una oferta e invitarlos a ahorrar cierta cantidad de dinero para donaciones y ayuda a los necesitados. Finalmente hagámosles una oferta de igualación, por ejemplo, por cada dólar que ahorren cada trimestre para estos fines, obtendrán un porcentaje para su ahorro personal. Hoy en día, existen varias organizaciones sin fines de lucro con tintes meramente benéficos que estarían encantadas de recibir su ayuda. Pueden incluso hacer donaciones a refugios de animales o ayudar a solventar los gastos médicos de una persona de su comunidad que se encuentre enferma. Ellos aprenderán a ser caritativos y a entender que todos somos vulnerables y que cuando ellos lo necesiten, alguien les tenderá una mano. Algo así como “Haz el bien sin mirar a quién” o “Favor con favor se paga”.
No a la gratificación instantánea.
Como papás debemos enseñar a nuestros hijos que para realizar un gasto inteligente se necesita ahorrar e invertir a largo plazo. Ellos deben aprender a ahorrar, aprender a esperar y aprender sobre el costo de las cosas. Si ellos nos piden determinado artículo o juguete debemos evitar comprarlo en el momento. Es la mejor oportunidad que como papás tenemos para motivarles a que si desean realmente tenerlo, deben ahorrar, ser pacientes y trabajar arduamente para obtenerlo. En este punto, podemos empezar a delegarles trabajos domésticos de acuerdo a su edad y por cada tarea que ellos realicen, premiar su esfuerzo y darles a cambio, cierta cantidad de dinero para ayudarles a llegar a su meta. Así lograremos que ellos valoren cuanto cuesta tener lo que tienen y se darán cuenta que después de todo el dinero es divertido ya que podrán plantear una meta y disfrutar del ahorro para alcanzarla.
El ahorro es tan fácil como hornear un pastel.
¡A los niños les encanta hacer postres! Este punto es muy divertido para ellos. Vayan juntos a visitar su panadería de costumbre y ponga un precio al pastel favorito de sus hijos. Después establezcan el desafío. Inviten a sus hijos a que ahora sean ellos los que horneen el mismo pastel usando una cantidad de dinero menor para cocinar el mismo pastel. Después armen una receta y pongan precio a cada uno de los ingredientes, vayan a su tienda de comestibles. Si el total establecido es menor al presupuesto, adquieran los ingredientes para hacer la receta, si resulta mayor, busquen aquellos ingredientes menos costosos. Esta actividad les enseñará a los niños a cómo elaborar y ejecutar un presupuesto. Habilidades que les serán valiosas más adelante en su vida.
Con estos sencillos consejos, estaremos colocando la piedra angular para que nuestros hijos vayan conociendo sobre las finanzas personales. Pero lo más importante es que como en cualquier otra faceta de la vida, hay que enseñarles pregonando con el ejemplo. Si ven en nosotros una actitud derrochadora, difícilmente les podremos pedir a ellos que hagan el esfuerzo de ahorrar. ¡Mucha suerte!
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Cuéntame, ¿Cómo inculcas en tus hijos el hábito del ahorro y el uso del dinero? Me encantara leerte.
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