Aprender a cuidarse a si mismo

No cabe duda de que desde que nacemos, comenzamos la tarea de explorar el mundo que nos rodea por nosotros mismos. Hoy Elena se encuentra ya en la edad de los tres años, momento en el que la noto más independiente y autónoma,   pues las tareas de lavarse los dientes y las manos; vestirse y quitarse la ropa e incluso abrocharse los zapatos son actividades que ella prefiere hacerlas por sí misma sin la ayuda de papá y mamá. Sin embargo, no por esto deja de necesitar el amor y el cuidado de sus padres, pero sí se siente feliz al sentirse capaz de hacerlo por méritos propios, lo que es fundamental para tener seguridad en sí misma y para enfrentar la vida con todo lo que traiga. Simplemente es tiempo de aprender a cuidarse a si mismo. 

Por ende, como padres debemos ayudar a reforzar esa búsqueda de autonomía y seguridad cuando nuestros hijos den ese gran. En casa, nosotros hemos adoptado estos pequeñas grandes actividades en pro de ello: 

• Tratamos de satisfacer sus demandas de cariño y atención cuando nos necesita, pero sin la pretensión que este pegada a nosotros.
• Le permitimos alejarse y regresar libremente sin perder de vista lo que se encuentra haciendo.
• Establecemos límites razonables. Por ejemplo, mientras hablamos por teléfono o estamos cocinando, le hacemos saber que esas actividades son reservadas y que mientras papá o mamá las estamos llevando a cabo no podemos estar con ella y tiene que esperar a que las concluyamos.
• Compartimos tiempo de actividades y juegos juntos, pero hemos empezado a dejarla que ella los haga sin nuestra intervención pero manteniendo bajo control lo que se encuentra realizando sin dejar de animarla y felicitarla por lo que se encuentra realizando “ella solita”.
• También tenemos momentos reservados para estar completamente con ella, por ejemplo en nuestra actividad diaria de leer cuentos, cuando le dedicamos toda nuestra atención.
• Cuando nos pide ayuda, antes de hacerlo, evaluamos si lo que nos está pidiendo puede hacerlo por sí misma, si es así, le transmitimos confianza animándola a hacerlo y resaltando que si falla, no pasa nada y que debe volver a intentarlo.

Así que, la próxima vez que vayas a hacer algo por tu hijo, primero cuestiónate si puede y es capaz de hacerlo solo y anímalo a que lo intente. Transmítele la idea de que sus padres siempre estarán ahí para ayudarle si es necesario, pero que será de mayor satisfacción si lo hace por méritos propios aunque le cueste o tarde tiempo en lograrlo. Verás que su autoestima se fortalecerá y enfrentará retos cada vez mayores. En cambio, si siempre esta papá y mamá para ayudarle, le costará mucho trabajo soportar nuestra ausencia.

Comments

comments