Sears en Navidad resalta nuestras tradiciones latinas

Aclaratoria: Este post es parte de una campaña compensada en colaboración con Sears y Latina Bloggers Connect. Sin embargo, todas las opiniones expresadas son solamente mías y este post no ha sido editado por terceros.

Desde que tengo uso de razón, una de las celebraciones que con más ilusión esperábamos en casa, era la llegada de la Navidad. Pues significaba que estaba próximo el nacimiento de Dios y era el momento de iniciarse las reuniones familiares y con los amigos más cercanos para celebrar su llegada a nuestros hogares. Junto con mis padres y hermanas trabajábamos cada año en la colocación del árbol de Navidad, que además ser una experiencia super divertida, fomentaba nuestro espíritu Navideño. Por lo general, lo colocábamos los primeros días del mes de diciembre.

Y que decir de las Posadas, donde amigos y familiares nos reuníamos durante los nueve días previos a la Navidad con la finalidad de revivir la experiencia de José y María en su travesía para llegar a Belén antes del nacimiento del niño Jesús. Los invitados a la posada, realizábamos una especie de procesión con una velita en mano y acompañábamos el altar con las figurillas de los peregrinos, donde José jalaba el burro en el cual a bordo iba María. Los anfitriones de la posada, por su parte, eran los hosteleros. Al ritmo de “En el nombre del cielo, os pido posada” iniciaba la dinámica, seguida de rezos y cánticos y que concluía con una fiesta, en el que los antojitos mexicanos como pozole, tostadas, taquitos o tamales y el tradicional ponche de frutas era el sello distintivo. Acto seguido, no podían faltar la piñata fabricada con un jarro de barro y decorada con papel crepe de diferentes colores llena de cacahuates, cañas de azúcar, mandarinas, naranjas y dulces que con los ojos vendados y con la ayuda de un palo de madera, los niños esperábamos con ansías locas para pegarle y romperla. Y al final de la Posada, se entregaban a los asistentes aguinaldos con dulces de la temporada, tejocotes, cacahuates y algunas veces galletas de animalitos.

Cada 24 de diciembre, nos reuníamos en familia para llevar a cabo la cena de Navidad, donde por lo general el guisado fuerte era el pozole blanco o rojo acompañado con taquitos dorados de papa o tamales y para beber, no faltaba el Ponche de Frutas. Durante la cena hacíamos peticiones o agradecimientos, seguidos de abrazos y el tan esperado intercambio de regalos. Y antes de la media noche, hacíamos el arrullo del niño Jesús y lo colocábamos en nuestro Nacimiento que estaba justo al pie del árbol de Navidad y terminábamos la celebración encendiendo luces de bengala.

Hoy en día, estas tradiciones Navideñas que me han sido inculcadas desde pequeña por mis padres, significa el apego a mi cultura y el respeto a mis raíces y día a día en mi hogar, tanto mi esposo y yo, trabajamos arduamente porque permanezcan vivas en la memoria de nuestra pequeña, para lo cual tratamos de mostrarle fotos, enseñarla el significado de cada una y cuando podemos, tratamos de viajar a nuestro país de origen, para que de manera real reviva cada una de ellas y las haga propias.

Sin embargo el estar lejos de nuestro país, pero con las oportunidades que ofrece éste, en casa tratamos de buscar aquello que nos una y nos mantenga conectados con nuestra familia y tradiciones y en Sears siempre se puede obtener más – más valor, más marcas, más recompensas y más formas de comprar- y en esta temporada de fiestas, Sears se ha asociado con el Huffington Post para resaltar las tradiciones Navideñas Latinas y de cómo Sears puede traer algunas de las tradiciones a la vida.

¿Cual es tu tradición Navideña favorita que te sido inculcada por tus padres?

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